sábado, 24 de septiembre de 2016

In memoriam

Esta parte de la entrada la empecé a escribir ahora hará algo más de un año.
"Como reza el título de apertura de mi blog, "el mundo nunca es perfecto..." literalmente. No solo no es perfecto, sino que en su imperfección una vez más quiso que en su historia se narrase un drama más. 

Un amigo mío, no llegando a la veintena, ha fallecido hace unos días en un accidente. Tres años hacían ya desde que nos habíamos conocido una tarde en un clase de armonía y muchas horas de charlas sobre nuestro pasado, nuestro presente y, sobre todo, sobre nuestros planes de futuro se habían sucedido a lo largo de las horas muertas entre clases y los ensayos para cámara que habíamos realizado este año. 

No hay palabras para describir los sentimientos y pensamientos que te recorren cuerpo y mente cuando semejante noticia llega a tu conocimiento."

Este comienzo lo quiero continuar con las palabras que escribí en un cuaderno en memoria de este amigo tan joven que murió inesperadamente hace algo más de un año.

"Había dejado un texto pendiente que me ha llevado más tiempo retomar del que pensaba.
Este seguramente sea uno de los textos más tristes que he escrito aquí, en mi mausoleo y, tristemente, quizá sea de los más adecuados al contexto que he creado.
El año 2015 y, especialmente el verano del 2015, han sido unos de los más tristes de mi vida y el acontecimiento más doloroso y cruel sucedió en ese mes en que dejé pendiente el post, el séptimo mes del año.
Este in memoriam es el primero que escribe y me entristece sobremanera que tenga que dedicárselo a un amigo que apenas rozaba la veintena. Un muchacho tímido y reservado, pero un gran compañero. Soñador y con proyectos en su vida para cuyo inicio le quedaba un año escaso. Pero así es la arbitrariedad de la vida y la fragilidad de los cuerpos humanos. Y lo que más me duele es que una buena persona, con ilusión por vivir, un proyecto vital por iniciar y con unos ideales de solidaridad e igualdad se haya marchado así, sin dejar rastro, con poca gente que recuerde a una persona llena de potencialidades.
De ahí que dedique esta entrada a dejar un pequeño recuerdo de ese pequeño compositor, con ganas de irse a estudiar a Rusia, para en un futuro quién sabe si haber dejado su impronta en la historia de la música.

Así mismo, aunque no sean más que meras palabras (que quizá para muchos puedan sonar huecas), me gustaría hacer mención a cada ser humano que habita este planeta o lo habitó y muestran o mostraron preocupación por procurar que a todo aquel que pudiesen ayudar lo harían, que soñasen con algún día en que pudiéramos contemplarnos unos a otros y no viéramos una nacionalidad, una etnia, un rasgo que marcase una diferencia negativa, sino personas, todas y cada una de ellas con diversos sueños y proyectos de vida, todas con la misma dignidad solo por el mero hecho de ser personas, todas diferentes pero tratadas con equidad... Personas vulnerables (porque sí, el ser humano es vulnerable) que saben que se necesitan las unas a las otras para conseguir cubrir todas sus necesidades, pero sin que ello permita que ninguna otra persona sea utilizada como un fin. Personas preocupadas por el entorno en el que viven, considerándose meros visitantes pasajeros que deben procurar cuidar y respetar al máximo de sus posibilidades su entorno, el planeta en el que habitan, su casa.

Por todas las personas que murieron a lo largo de la historia antes de tiempo (sea la circunstancia que fuese), aquellas buenas personas que fueron aniquiladas por guerras, hambrunas, esclavitud (por culpa de personas corrompidas por la efimeridad del poder). Por todas ellas y, en esta ocasión especial, por mi gran amigo, os dedico estas palabras y mi recuerdo. Sé que no es mucho, pero desde mi posición es lo poco que puedo hacer. Porque el último que muera, o mejor, porque lo que nunca muera, sea el sueño de una hermandad de las personas entre sí y con el planeta. Porque el día en que esos sentimientos mueran, será el día en que la especie humana haya muerto, aniquilada por su propio egoísmo."


Empezando una nuevo sendero

¡Qué difícil me resulta poder escribir en el blog sin tener un ordenador propio! Imposible desde el móvil por temas de usuario... No sé quién se habrá empeñado en que toda la información quede recogida en una sola cuenta y en que todo esté enlazado y si no pasas por el molde prefabricado, todo son dificultades y pegas. A nivel de usuario y, especialmente, a nivel de control de la privacidad me resultaba mucho más sencillo antiguamente.

Pero bueno, no estaba aquí para hablar de eso ni mucho menos. Después de dos años de tortura mental y haber tenido que lidiar con mi propio pozo de miserias (mi propia mente), por fin puede decirse que he conseguido salir a la luz o, al menos, tengo la certeza (aunque no absoluta) de que me encuentro en un camino que se dirige hacia un fin mucho más alentador y feliz que el que mi psique podría haber imaginado hace unos pocos meses. Quizá porque es lo que siempre he necesitado, he decidido apuntarme a la carrera de psicología en la UNED a la vez que me preparo el examen del EIR (Enfermería Interno Residente, seguramente la mayoría conozcais su paralelismo en medicina, el MIR). Intentaré reconducir la carrera de enfermería hacia algo en lo que consiga sentirme agusto y sienta que me desenvuelvo adecuadamente. No obstante, el apuntarme es el primer paso de un largo recorrido, una carrera de fondo en la que se verá si las reservas de mi mente son lo suficientemente fuertes o continúan siendo frágiles como hasta ahora han venido mostrando serlo.


Y ahora mismo me encuentro con un dilema... Crear un nuevo blog o continuar con este blog que tantos años tiene pero cuyo uso ha sido muy irregular. Por tanto, a pesar de que añoro este blog, creo que es el momento de cerrar una puerta y abrir otra para empezar en una habitación algo más acogedora que la estancia donde se muestran las penurias de una mente torturada. No creo que sea positivo para mí misma seguir regodeándome en mi propia miseria y lo más inteligente es dar por concluida la estancia en este mausoleo triste, frío y oscuro e irme hacia un lugar más iluminado y lleno de vida. No obstante, no voy a borrar este mi rincón de la memoria ya que es una parte de mí.

El cierre del blog oficial lo realizo aquí, pero publicaré una entrada más que tenía pensado publicar hace un año y que tengo escrita en un cuaderno, así que transcribiré sus palabras en la siguiente entrada.

Un abrazo a todos, me despido aquí. Mi próximo nombre no será Micomicona, sino otro apodo que llevo años usando, un nombre de una diosa, Vesta, la diosa del fuego (y curiosamente la del hogar y por tanto, los cuidados estarían englobados). En el fondo, aunque me queje de enfermería, creo que estaba destinada a vincularme a ella y a la esfera más generosa del ser humano: el cuidado.

Mi último gélido beso.
Micomicona.