martes, 8 de diciembre de 2009

Cruce de caminos (III)

Brigid
Iba con los pies a rastras y desganada, mirando al suelo. En realidad no sabía qué hacía realizando aquel módulo, ni siquiera me interesaba el tema a tratar, pero aún así esa mañana me había levantado temprano y había bajado a desayunar al bar del edificio de apartamentos en el que vivía. Me tomé un café en la barra lentamente y salí camino de mi lugar de destino. Cuando estaba a unos pasos de la entrada alcé la vista del suelo y observé con desgana el aburrido edificio de piedra de color gris, aquel en el que iba a realizar el módulo durante, se suponía, tres años. Había una verja pintada de color verde, que en algunos tramos estaba medio oxidada, con una gran puerta abierta y una especie de patio, pequeñito, que separaba la verja de la entrada del edificio propiamente dicho. Volví a dirigir mi vista al suelo, ya que la visión del edificio no me gratificaba en absoluto, más bien me deprimía y me angustiaba. Dentro debía haber mucha gente, gente con vidas felices, gente triste o preocupada por algún asunto que de verdad era importante, y que al final conseguiría resolver y volver al estado de felicidad.
Llegué junto a la verja, tomé aire y me decidí a entrar, todo ello con la vista fijada en el suelo que pisaba. Justo en ese momento alguien se chocó conmigo, una de esas estúpidas personas, que van a todos los sitios con prisas y arrasando a su paso todo lo que se interpone en su camino. Por culpa del choque perdí el equilibrio y casi me caigo al suelo, pero milagrosamente conseguí agarrarme a la verja y evitar la caída. Entonces miré con rabia a la cara de la odiosa persona, que dio la casualidad de ser un chico. Lo siento, ¿estás bien? Ante esas palabras mi rabia se disipó, ¡se había disculpado! y lo más importante, ¡se había preocupado por si estaba bien o no! A eso había que añadir aquellos lindos y arrebatadores ojos verdes y aquella lisa, morena, mojada y despeinada melena que le caía sobre los hombros, y que le sentaba espectacularmente bien. Umm... sí, no ha sido nada. Nos quedamos unos segundos mirándonos, pero él en seguida apartó su mirada de mi y se dispuso a entrar, yo le imité y echamos a andar, entrando juntos. Al final me quedé rezagada en el pequeño patio porque noté que los cordones de mis zapatillas se habían desatado. Vi como entraba en el edificio y después me até apresuradamente los cordones, quería ver a que clase iba aquel chico. Cuando entré no le vi por ningún lado y mi ánimo volvió a decaer. Me dirigí a las listas y pronto vi mi nombre. Miré cual era el aula y me dispuse a buscarla. Una chica rubia se acercó a mi. Perdona, estoy perdida, tengo que ir al aula treinta y cinco y no se dónde queda. ¿Sabes dónde es? Pues la verdad es que no lo se, pero da la casualidad que esa también es mi aula, así que podemos buscarla juntas si quieres. Vale. Empezamos a recorrer en silencio el pasillo que se abría a nuestra derecha y vimos que en él estaban las aulas de la uno a la quince. Al fondo del pasillo había unas escaleras que subían y decidimos ascender por ellas. Emm... por cierto, ya que parece que vamos a ser compañeras, creo que deberíamos presentarnos. Me llamo Lilith, ¿y tú? Yo me llamo Brigid. ¡Cómo mola tu nombre! ¿Y cuántos años tienes? Dieciocho. Anda, pues como yo. En ese momento llegamos ante un aula de la primera planta cuyo número era el treinta y cinco, nuestra conversación se detuvo y entramos en silencio. Miré mi reloj y vi que habíamos llegado justo a tiempo. Eché una rápida ojeada y vi únicamente dos sitios libres al fondo. Fui apresuradamente a sentarme en uno de ellos y al llegar a la altura de la tercera fila mi corazón dio un vuelco, ¡allí estaba sentado aquel chico! Nuestras miradas se cruzaron, pero en la suya no hubo el mínimo signo de reconocimiento. Me deprimí más de lo que estaba. ¿Cómo podía continuar siendo tan estúpida? ¿Cómo se me podía haber pasado por la cabeza la idea de que alguien se preocupara por mi? ¿Por qué seguía siendo tan ilusa? Ese "¿estás bien?" únicamente había sido por pura cortesía. Me dirigí consternada al fondo de la clase, recriminándome el haber creído que una persona que ni si quiera me conocía se preocupase por mi, una chica insignificante; tan poca cosa, que si moría nadie me echaría de menos... Tiré la mochila al suelo y me dejé caer en la silla. A mi lado se sentó la chica que me había acompañado hasta la clase, y por primera vez me fijé realmente en ella: tenia el pelo largo y dorado, que le llegaba hasta la cintura, tenía los ojos de color azul semejante al cielo en un día de verano.Su nariz era chata y sus labios eran carnosos y sensuales. Todo en ella era sensual. Su cara, su cuerpo, la forma de sentarse... Era perfecta. Me dio rabia y envidia tanta perfección y estuve tentada a cambiarme de sitio, pero en ese instante ella volvió su cara hacia mi y me concedió una gran sonrisa a la que respondí con timidez y por la cual decidí quedarme sentada al lado de aquella embaucadora chica.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Pobre niñito =(

Ayer cuando volvía a "mi dulce hogar" en el metro, al hacer transbordo en Plaza de España de la línea 3 a la 10, vi una cosa que me dejó, como expresarlo, helada y compungida. Tenía que bajar y las escaleras mecánicas estaban paradas. Cuando me acerqué al comienzo de las escaleras, pude ver al fondo, en el tramo final de estas, que había una aglomeración de gente. Bajé por las escaleras del medio y cuando llegué abajo pude ver que el pie de un niño de unos cinco años había quedado atrapado en el borde derecho de la escalera mecánica. Tenía el tobillo enteramente doblado... Fue una imagen que se me quedó grabada en la mente incluso después de que el niño desapareciera de mi campo de visión. Sujetando al pequeño había un hombre, que supuse, sería su padre, y al pie de las escaleras había una mujer con lo ojos inundados en lágrimas, que supuse, sería su madre. Había otros hombres que intentaban liberar con una palanca el pie del niño. No me pude detener más que para observar la escena un instante con el corazón en un puño, ya que la conglomeración de gente hubiera entorpecido todo, así que terminé bajando por las escaleras mecánicas que seguían a las que estaba el niño. Nunca sabré como acabó todo, espero que al niño no le haya pasado nada grave y esté bien. Sin más, me despido, un gélido beso para todos.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Cruce de caminos (II)

Lugh
Me desperté sobresaltado por culpa del agudo sonido del despertador; lo apagué con furia y me intenté volver a dormir. Minutos después, cuando estaba a punto de conciliar el sueño de nuevo, vino a mi mente el motivo de que la alarma sonara a las ocho de la mañana: tenía que acudir al curso. Me levanté de un salto de la cama, con el pulso acelerado y me dirigí al baño. Una vez allí me desnudé, dejando la ropa tirada por el suelo y me metí en la ducha. Dejé correr el agua helada hasta que esta alcanzó una temperatura agradable para el cuerpo y me lavé con rapidez la cabeza y después el cuerpo. Al terminar me puse una toalla en la cabeza para que mi larga melena se secase y tiritando, con el frío en lo más profundo de mi ser, me envolví en mi esponjoso y cálido albornoz azul. Envuelto en él me fui a la cocina, abrí la nevera y cogí una manzana, la cual comí sin pelar, después de haberla lavado. Miré la hora en el reloj que había colgado en la pared de la cocina, eran las ocho y veinte, llegaba tarde. Me fui corriendo a la habitación, abrí el armario y cogí lo primero que tuve a la vista: unos pantalones negros, bastante anchos y cuyo bajo me arrastraba, una camiseta de uno de mis grupos favoritos: iron maiden, unos calcetines negros y unos calzoncillos grises. Fui al baño y dejé allí colgados el albornoz y la toalla de mi cabeza. Cogí el cepillo y me cepille un par de veces el pelo, también me lavé los dientes y finalmente cogí el pijama del suelo y lo eché a lavar. Me puse el abrigo, me colgué la mochila al hombro, guardé las llaves y el móvil en el bolsillo derecho del pantalón y encendí el mp4. Justo cuando estaba saliendo de casa, mi madre se levantó y medio soñolienta me dio un cariñoso beso de despedida en la mejilla. Eran las nueve menos veinticinco, no llegaba tarde pero aun así decidí ir a paso ligero. Llegué diez minutos antes de que empezaran las clases y justo cuando iba a entrar por las puertas del recinto, estaba tan ensimismado que sin querer me choqué con una chica a la que casi tiro al suelo. Lo siento, ¿estás bien? Umm... sí, no ha sido nada. Fijé mi mirada en su rostro y vi en sus ojos una expresión que no supe muy bien como interpretar: en un principio vi rabia, pero esta expresión en seguida se transformó en curiosidad. No me fijé en nada más y sin añadir nada ninguno de los dos entramos juntos. Al poco tiempo se me olvidó el percance sufrido y mi mente solo pensó en el curso. Miré las listas para ver en que clase estaba y me puse a buscar el aula. A los cinco minutos conseguí encontrarla, entré y me senté en un sitio de la tercera fila.

martes, 24 de noviembre de 2009

Cruce de caminos (I)

Esta historia es simplemente una manera de pasar el rato, la voy a ir haciendo en los recreos, para pasar el tiempo, por lo que las expresiones utilizadas son bastante cutres e inapropiadas en algunos casos. Sin más dilación, aquí dejo mi cutre historia.
Brigid
Tumbada en mi cama y mirando al techo, aburrimiento era lo único que sentía... Estaba apática, me daba igual todo: si seguía viviendo, si moría... Aunque en realidad ya estaba muerta o al menos era una muerta en vida. Había fracasado en todo: en los estudios, en el amor, mi familia me había repudiado... No tenía nada, y aún así era demasiado cobarde para suicidarme, me daba miedo el dolor... Mi existencia era una constante lucha, a veces me invadía el pánico y me ponía a llorar, autocompadeciéndome y echándome la culpa de todo; otras entraba en un estado de sopor en el que daba igual lo que me dijeran, permanecía callada sin enterarme de nada en absoluto. En ese momento estaba pasando por aquel trance, no pensaba en nada. Sin darme cuenta mis ojos se fueron cerrando y de repente vi ante mis ojos aquella imagen que me llevaba atormentando desde hacía un año, mi peor pesadilla: un niño pequeño que lloraba, tumbado boca abajo encima de una cama que de repente paraba de llorar, se daba la vuelta y me miraba fijamente con unos ojos de color rojo sangre. Entonces, me mostraba un cuchillo manchado con sangre y se abalanzaba sobre mi riendo. Yo solo tenía tiempo de darme la vuelta y salir por la puerta de la habitación, internándome en un pasillo mal iluminado, y empezar a correr, con el niño pisándome los talones, oyendo su aguda y diabólica risa dentro de mi cabeza... Después de un rato corriendo por el interminable pasillo, me tropecé con mis pies y caí al suelo exhausta y antes de que pudiera volver a ponerme en pie sentí como el niño se echó encima de mi...
En ese momento sonó mi móvil, que estaba encima de la mesilla. Me desperté de golpe, sudando y sin apenas poder respirar. Miré el móvil y vi un número desconocido, lo cogí, ¿es usted la señorita Brigid? Sí. Que sepa que está admitida en el modulo de administración y finanzas, preséntese a las nueve en el centro. Acto seguido colgó. Me quedé con el móvil en la mano, pensando qué haría al día siguiente.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Para mi amo

Amo mío, me olvide de ti... Me olvidé dedicarte unas palabras únicas y exclusivas para ti, y eso no es correcto, y por eso te dedico esta entrada. Eres lo que se dice un AMIGO en todos los sentidos. Me has ayudado, escuchándome y consolándome cuando lo he necesitado, me has dado buenos consejos, no has dudado en echarme la bronca cuando debías... Por todo eso y mucho más gracias. Gracias por hacerme crecer como persona, por hacerme ver lo que hago mal, lo que hago bien, ¡todo! Gracias por aguantar mi mal carácter, mis insolencias... (Siento haberte hecho daño, lo siento). En fin, se que ha quedado breve y cutre pero eso se debe a lo escueta que soy y a mi carencia de imaginación. Adiós amigo mío, un oscuro beso de tu ángel caído.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Presentación

Bueno, después de iniciar este blog hace un par de meses y dejarlo abandonado, he vuelto hoy y he escrito dos entradas personales y me parece que todo esto queda incompleto si no hay una pequeña presentación sobre mi. Ni que decir tiene que soy una adolescente, la edad se puede deducir de una de las otras entradas; se podría decir que tengo 17 años. De estatura media, ni gorda ni flaca así soy yo. Pelo corto, más bien media melena, teñida de morena... Antes mi pelo era castaño oscuro. Esa es mi descripción física aproximada, una chica normal y corriente tirando a feilla. Por otro lado estaría mi descripción psíquica, cosa que no voy a detallar mucho, por no aburrir. Soy negativa y pesimista, mi visión del mundo es que este es una basura, y no por lo que es en sí, sino por la mayoría de personas que habitan en él. Gente corrupta, sin escrúpulos, con ansia de dinero y poder... puaggg!!! Me dan ganas de vomitar pensando en esa gente. A pesar de todo, se que aún queda gente con principios por ahí y esa es la esperanza que llevo dentro de mi. Aunque no creáis por esto que soy una buena persona, porque no lo soy... Soy una mala persona, que nunca agradece las cosas y que hace daño a la gente...
No intentéis comprenderme, no me entiendo ni yo. La palabra que me definiría sería contradicción, esa soy yo. Sin más me despido de todos. Un frío abrazo, adiós.

Mis luces... mi guía

Esto va dedicado a esas personas que me aportan esa luz en mi eterna oscuridad, en especial a una de ellas, bueno a dos.

Mi persona es un ser pesimista por naturaleza, que ante cualquier tropiezo, ante cualquier fracaso y en definitiva, ante cualquier dificultad, se hunde en un oscuro pozo sin fondo del cual casi nunca es capaz de conseguir frenar la caída y remontar a lo alto para volver a tener luz y superar el problema.

Soy así, me hundo con facilidad, es fácil hacerme caer, pero en la actualidad estoy empezando a afrontar y superar los problemas gracias en particular a una persona muy optimista y positiva que consigue hacerme ver las cosas de otra forma, intenta que sea optimista (aunque apenas lo consigue...), es alguien a quien quiero mucho y es una de las mejores personas que me he cruzado jamás en la vida. Una persona ligada a mi minúsculo y pérfido corazón y que me sirve de guía y de apoyo y a la cuál temo perder...

Por otro lado está esa segunda persona con la que no tengo ni mucho menos la misma relación, que no es mi guía, pero es una persona en la que confío enormemente, que me da buenos consejos y a la que tengo mucho cariño. Una persona a la que cada poco temo perder, y debido a ello muchas veces me puedo pasar un buen rato dándole vueltas a si me abandonará o no...

Luego hay unas cuantas personas más, en especial dos que son como dos hermanas para mi. A ambas les confiaría mi vida sin temor a perderla. Son mis confidentes. Una me da más preocupaciones que la otra, y con una tengo más confianza que con la otra, pero a ambas les doy la murga con mis problemas e intento ayudarles con los suyos.

A todos los he citado aquí y a todos los que sois mis amigos o lo habéis sido, GRACIAS, gracias por haberme aguantado, haber aguantado mi mal carácter, mis neuras, mis llantos, etcétera. Nunca podré agradeceros todo lo que habéis hecho por mi y lo siento... ¡Un beso a todos con todo el cariño que mi alma puede daros! (que es más bien poco) Hasta la vista.

Oscuridad... Vagando sin rumbo

"Sólo se que no se nada". He ahí un reconocimiento de mi ignorancia.

Después de toda una vida "estudiando" he llegado a la conclusión de que soy una persona ignorante. Ignorante por el hecho de que en realidad no recuerdo casi nada de lo que me han enseñado y además, lo que me han enseñado es apenas una nimiedad con todo lo que en realidad encierra el universo... Hay tantas cosas que desconozco, que solo de pensarlo me desfallezco. En mi mente fluyen ideas estúpidas y sin ningún sentido ni valor, debido a mi estupidez, a que mi mente no da para mucho más.

Estoy en segundo de bachillerato científico y no se hacer un simple problema matemático de derivadas, no llego a comprenderlos... Lengua me cuesta muchísimo, con esos comentarios de textos literarios indescifrables, porque están a rebosar de figuras retóricas: metáforas, metonimias, alegorías... que soy incapaz de apreciar y que si consigo detectar, cosa poco usual, soy incapaz de explicar su significado... Y a esto añadir que soy incapaz de entender a los filósofos y que no se sintetizar los contenidos de historia, no se resumir. De esto he deducido que las ciencias se me dan mal y las letras peor...

En fin, me encuentro vagando sin rumbo, sabiendo que nada se me da bien... Vagando por un mundo de oscuridad sin fin, con algunas luces, pero al fin y al cabo sin rumbo definido, sin encontrar mi sitio...

martes, 22 de septiembre de 2009

Nadie es perfecto

Es curioso, hasta hace un rato no sabía la cantidad de cosas que se mueven por Internet promoviendo la anorexia y la bulimia... Sospechaba de la existencia de estas páginas, pero nunca me había parado a indagar dentro de ellas y esta tarde, gracias a que una amiga me comentó acerca de todo esto, me he metido y he podido leer la cantidad de barbaries que escribe la gente.
Ana y Mía ese es el nombre que reciben estas enfermedades que hay gente que toma como si fueran un estilo de vida... Me parece triste, esa podría ser una de las palabras a utilizar. A ver, entiendo que cada uno tenga sus problemas, que haya gente que no tenga a quien contárselos y que utilice los blogs como una válvula de escape ante el problema y la incomprensión de la gente de su alrededor. Pueden usarse para contar tu estado de ánimo, para decir que la vida es una mierda (cosa que tristemente es cierta), pero no se puede intentar lavar el cerebro, porque en muchos de esos sitios es lo que se consigue. Leí unos pocos, al principio con interés y a medida que pasaba el rato tuve que empezar a desconectar, porque estos textos son verdaderas bombas de relojería, lo crea la gente o no. Empiezas a leerlos y acabas convencido de que lo que hacen ellas es lo que debería hacer todo el mundo, que todos deberíamos llevar ese estilo de vida. Por eso critico ese tipo de páginas, no me parece adecuado lo que llevan a cabo allí... Por ejemplo, algo que me horrorizó, es que hacían carreras de peso, consistentes en ponerse una meta para adelgazar hasta unos extremos ilógicos, 45kg. Ese peso para una chica que mide 1,55-1,60 es como estar desnutrida y no es sano. No me parece nada lógico. Lo que deberían hacer estas chicas es ir a un psicólogo y si quieren pueden seguir hablando por la web, pero no deberían hacer esas burradas. Y lo más importante es que deberían pensar que la perfección no existe y mucho menos se consigue adelgazando excesivamente, pues al adelgazar pierdes pecho y caderas, que eso es en el fondo lo que les gusta a los hombres, no un saco de huesos repulsivo que no hay por donde cogerlo, que da asco mirarlo y la sensación de que se va a partir en cualquier momento. Piensa que siendo delgada no vas a ser perfecta... ¡Vas a dar asco! Y además, hay muchos más "defectos" a parte del estar gorda, cosa que yo no considero defecto... Por ejemplo el tener la nariz grande, granos en la cara, los dientes descolocados, ser egoísta, ser envidioso, ser un maniático compulsivo de cualquier cosa... En fin, no me queda más que decir, lo único que pretendía era escribir sobre algo que me ha desagradado enormemente y espero que esto le sirva de ayuda a alguien para que abra los ojos y vea que ese no es el camino.